Por ERNESTO BALLESTEROS ARRANZ
(Del libro “Pintura española contemporánea 1960-92”. Ed. Hiares)
Gancedo nace en León en 1937, vive en Madrid y Barcelona y estudia en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi. En sus principios, su obra se inicia dentro del mundo conceptual, dando un gran protagonismo a los procesos afectivos relacionados con un auténtico “realismo poético” y rechazando un planteamiento puramente intelectual. Ella misma afirma que la realidad no es objetiva, sino subjetiva, y siempre transformada por la más estricta honestidad y que se halla inmersa en todo cuanto ocurre a nuestro alrededor. El espacio se crea en un primer lugar como un apoyo para todos los otros elementos; su intención es que este espacio y esos elementos comuniquen su identidad en un continuo diálogo, en una relación bidimensional y tridimensional. Trata el color de la manera más soberbia posible. La artista profesa una absoluta fidelidad al color del objeto a través de la superficie de la pintura, los tonos grises juegan un importante papel con sus grados, sus transparencias, su luminosidad, en fin. En esos elementos —espacio, color, objetos— Gancedo incorpora el tiempo como señal del deterioro del sujeto. Las imágenes utilizadas están siempre petrificadas, estáticas y son volumétricas. La movilidad nunca se presenta, se crea por la secuencia de imágenes en un espacio más o menos definido. Gran uso de símbolos religiosos, paisajes imaginarios y sombríos, el tiempo y el intento de asir lo que queda de su paso, son sus temas principales.