CRÍTICAS

TERESA GANCEDO en la Galería Pepe Rebollo (Zaragoza, 1979)

Una obra antigua de Teresa Gancedo.

Una obra antigua de Teresa Gancedo.

TERESA GANCEDO
en la Galería Pepe Rebollo 

Por ÁNGEL AZPEITIA (11 de enero de 1979)

A Teresa Gancedo, natural de León y residente en Barcelona, la habíamos visto por aquí, en muestra de ocho pintores catalanes, hace cosa de un año. Produjo impresiones muy positivas. Y gusta que haya venido esta vez con obra más extensa, como es lógico al tratarse de una individual, sin los límites que en la exposición conjunta hubo de imponerse.

Teresa Gancedo tienta, de primer impacto, a la interpretación teórica, pero solo hasta cierto punto cabe seguir tal línea. Por lo menos no debería adoptarse con exclusividad. Es inmediata una referencia a directrices conceptuales. Y lo creativo, para el arte conceptual, se sitúa en el boceto, que ha de entenderse aquí como grado en el que se pide que el espectador relacione, colabore con la idea prestada. La propuesta para reflexionar sobre lo que se mira constituye el núcleo del problema. Resulta sencillo descubrir en Teresa Gancedo anotaciones y acotaciones, grados de realidad, que sugieren la inducción. Y todavía parece más claro que reflexiona —y propone que se haga— sobre las cosas y sus imágenes.

La dirección conceptual, sin embargo, de poco aprecio a la factura, de desmaterialización del arte, no encaja en absoluto con Teresa. Que dibuja hasta el apurado hiperrealista, si hace falta, y hace pintura, como pintora que es, con recursos, mano y sensibilidad. Existe un aparente contrasentido entre planteamientos y dicción. Me pregunto si, después de todo, no se produce con Teresa una especie de círculo mágico. Explica a posteriori lo que hace. Y lo que explica le conduce a un supuesto intelectual, para que, al realizarlo, intervenga de nuevo lo sensible. Es una hipótesis.

Teresa Gancedo se define posconceptualista. Ella dice que «… el proceso, aunque parece razonado, planificado y analizado fríamente, deja un gran espacio para el inconsciente y la imaginación». Cierto que lo conceptual tiende a superarse, para volver sobre significados y expresiones. Parte de la temática nos advertirá en Teresa Gancedo una toma de postura, aunque no se identifique con una estética comprometida. Tómese, por ejemplo, la defensa de lo ecológico, tan ligada al interés actual por la naturaleza.

Arranca frecuente de fotografía, pero desde ella aborda Teresa la realización plástica, para acabar admitiendo el objeto, la presencia real. Las progresiones aparecerán muy explícitas en las series de cuatro cuadros, que suponen también algunos de los aciertos más cumplidos. Tampoco faltan en los dibujos, con sus transparencias de papel, ni en las pinturas que más se atienen al simple procedimiento de pintar. Pero no se trata de hacerle un inventario.

Por encima de lo teórico y hasta de los elementos materiales —o además de todo ello, que es inseparable— flota y se implanta una persistente poesía en lo que se dice y en el modo de decir, como una nota del viejo y querido romanticismo. También para los románticos hubo amor y muerte, hubo cruces y tumbas degradadas en decrépitos cementerios. Solo que para Teresa se insinúan otras amenazas más técnicas, propias de la época que le ha tocado vivir.

[Texto recogido en el libro de Angel Azpeitia «Exposiciones de arte actual en Zaragoza. Reseñas escogidas 1962-2012». Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2013]

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s