* TERESA GANCEDO/EXPOSICIONES/POESÍA

Un poema de Antonio Colinas para Teresa Gancedo, en el MUSAC

Colinas durante su visita poética a la exposición de Teresa Gancedo / Foto: Marciano Pérez – Diario de León.

El martes 4 de diciembre de 2018, el poeta, ensayista y narrador Antonio Colinas (La Bañeza, 1946) ofreció la tercera visita poética programada a la exposición retrospectiva de Teresa Gancedo (Tejedo del Sil,1937) que se puede ver actualmente en el MUSAC, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León. Colinas, que es Premio Nacional de Literatura, aportó su subjetividad y visión poética a la obra de la artista, que se caracteriza por estar teñida de un lirismo vitalista e íntimo. El poeta, además, compuso el siguiente poema, que leyó al final de la visita:

Frente a los laberintos-firmamentos de Teresa Gancedo

Por ANTONIO COLINAS

Deja que pase de mi dolor al cuadro.
Deja que entre en él para probar
que los labios nos queman,
que sentimos en ellos arder la dulzura
de cuanto es humano por sagrado,
de cuanto es sagrado por humano:
la grisura de los nichos funerarios
y la calma del ángel.

Mas sobre todo entraré para perderme
en ese firmamento de los signos,
en el misterio y en lo inescrutable
de las cosas humildes:
una rama, unas hojas, un cristico,
unas cruces de palo:
los restos de un naufragio,
convertidos en trama de verdor,
en jardines de fuentes.

Gracias a esos signos
lograremos salir del laberinto
del vivir sin vivir,
de la lluvia de los apocalipsis que nos esperan.

Deja que reencuentre al ángel
y que éste me señale el sendero de la llama
que no consume
en los colores y en la palabra que aún nos salvan.

Tu pintura es semilla de semillas:
en ella ya no hay odio, ni rencor, ni dolor,
pues siembra eternidad,
y nos abre los ojos sin sajarlos.
Bondadosa pintura de la niña
que quería pintar y no jugar.

Sí, nos salvas en los símbolos y signos
que trazara la mano
de un niño; nos salvas
gracias a esas argollas a las que aferrarnos
en el tumultuoso mar
de la palabrería,
del mar de sangre que nos traen,
un siglo y otro siglo,
los ideólogos del terror.

Como semilla humilde tu pintura
es un don que nos hace más libres
antes de que se astille
y caiga hecho añicos
el cristal que es la vida.

El cuadro le arranca la soberbia
a aquel que lo contempla en el fulgor que dura
un cometa celeste.
Deja que esa ventana del cuadro,
la que nos asoma a otra vida absoluta,
sea Unidad preciosa, paraíso alcanzado
en el vacío-lleno, en el silencio
de tus mandalas.

 

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